Mi extravagancia, Mi revancha… En los inicios de mi formación, el primer acorde clásico que tuve que aprender y replicar, sin demasiada fortuna, fue el mítico floral de tuberosa con jazmín y flor de azahar. Ahora me he podido dar la satisfacción de retomar aquella experiencia y reformular el acorde para, con mi lenguaje aprendido, interpretar al mito.