París en un lluvioso día de otoño: cálida lluvia golpeando los tejados de pizarra, calles de piedra iluminadas por luces tenues. Un pequeño incendio en el cruce de Montmartre calienta a músicos y acróbatas, esperando el regreso de los turistas. La atmósfera mágica está impregnada de aromas preciosos que hacen eco de este lugar atemporal: una explosión inusual de alcanfor parecido a la absenta, una oleada de rico ládano y coñac, una fuerte veta de maderas preciosas. Las resinas inalcanzables reflejan el olor a pizarra y laurel, a carreteras mojadas y fuego humeante. Confortante, bohemio, hermoso: Laudano Nero es París en una botella.
Ajenjo, coñac, romero, tabaco, mirto, ámbar, rosa roja, miel de acacia negra, cedro, iris, sándalo, fresno, pizarra, almizcle de cachemira, laurel, incienso, alcanfor, madera de agar, vetiver, roble, vainilla y ládano.
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